SE DESCUBRE LA CUEVA DE PINART, PERDIDA POR MAS DE UN SIGLO.
Por Roberto Ordúñez Fernández
En el año 1980 nos encontrábamos en Lagunas de Limones, en Maisí en una expedición juntos a Núñez Jiménez, Manuel Rivero de la Calle y Ramón Dacal Moure, como propósito principal, relocalizar la Cueva Ponce, en aquella ocasión tanto Núñez Jiménez como el Doctor en antropología Manuel Rivero De La Calle, momentos en que incursionábamos por la Cuesta del Palo en busca de la Cueva Ponce, Rivero hacia hincapiés en lo de tratar de localizar la Cueva de Pinart, este me regaló el itinerario del recorrido del geógrafo español Miguel Rodríguez Ferrer y me planteó la necesidad de localizar la última cueva visitada por este en Maisí (cueva del Indio), pero me encomendó también localizar la Cueva donde el investigador Alphonso Luis Pinart descubrió las primeras muestras de dibujos rupestres para la arqueología cubana. Durante muchos años posteriores tratamos de hacer realidad aquel sueño, pero por mucho que intentamos, la realidad era otra, la falta de recursos y lo difícil de estas travesías nos parecía casi imposible dar con la cueva de Pinart.
Durante años se trató de buscar elementos bibliográficos, consultas y estudios en el terreno para lograr este objetivo, se desarrollaron varias expediciones a Maisí pero por razones de agotamiento y falta de logística, hubo que detener en muchas circunstancias los deseos de descubrir tan importante cueva para las ciencias arqueológica cubanas.
El día 22 de sept del año 2022, nuevamente los miembros del Gabinete de Arqueología de Baracoa Yahabet Disotuar, José Emilio Pineda Odou, Alberto Garrido, Andro Arguelles, bajo la dirección del arqueólogo Roberto Ordúñez Fernández, descubren la Cueva de Alponso Pinart y junto a ella los motivos petroglíficios que describió Pinart en el año 1880. Este descubrimiento es producto de una gran perseverancia de Roberto Ordúñez tratando de cumplir con una tarea que el antropólogo cubano Manuel Rivero de la Calle y Antonio Núñez Jiménez, les habían encomendado en el año 1980, momento en que redescubrían la Cueva del Indio en Maisí con más de un siglo de perdida para las ciencias cubanas.
El equipo de trabajo del Gabinete de Arqueología, autores del desacubrimiento.
Un fragmento del escrito de Pinar, nos dice lo siguiente, “Si dejamos ahora Santo Domingo y pasamos a Cuba observamos que las inscripciones allí son muy raras o para hablar mejor hay una carencia total de ellas. La única que nosotros concebimos se encuentra sobre una roca situada en el lecho seco (en el momento de nuestra visita) de una pequeña caleta sobre la vertiente S.E del largo promontorio Maisí sobre el estrecho que separa a Cuba de Santo Domingo.”
Para este logro fueron muy necesarios los consejos de Racso Fernández Ortega del Instituto Cubano de Antropología y las colaboraciones en logística de amigos canadienses como Susan Hurlich y Victor Svaceklaw.
Terrazas de Maisí
PASOS DE LA EXPEDICIÓN
El día 11 de septiembre de este año 2022 Roberto Ordúñez Fernández en compañía de, Jose Emilio Pineda Odou, Yahabet Disotuar, Alberto Garrido. se trasladan a Maisí para continuar los estudios de exploraciones en esta región y localizar así la cueva de Alphonso Pinart, pero nuevamente por razones logísticas y de transporte se interrumpió la expedición. El día 21 de septiembre de este año 2022 se reinicia la expedición. Partimos de Baracoa en horas tempranas de la mañana en un carro tipo Lada, hicimos nuestra primera parada en Vertiente de Sabana para tomar algunos recursos en casa de un amigo, donde tomamos un aromático trago de café, una vez haber arribado a Maisi se continuó el trayecto por toda la zona costera sur de esta región, a medida que avanzábamos, cada momento éramos sorprendido por un paisaje diferente al que estábamos acostumbrados, en muchas ocasiones nos detuvimos para observar todo aquel paisaje costero con innumerables cuevas y cavernas, que continúan aguardando historias palpables de nuestros primeros pobladores. Hubo un momento que detuvimos nuestro carro, un Lada de los años 80, realmente fuimos sorprendidos por un camino de piedra muy bien elaborado que como una serpiente se desplaza por la ladera del paredón de una tercera a la segunda terraza de Maisi, Después de muchas horas de travesía, llegamos Al lugar aproximado de destino, donde utilizamos el tiempo para tomar apuntes y hacer varias caminatas e interrogatorios a algunos miembros de esta localidad, de esta manera llegamos al llamado Río Seco, allí fueron visitadas varias grutas, abrigos y cuevas, pero ninguna aportó nada significativo, lo observado por nosotros en cada una de esta cueva no se correspondía con las descripciones que nos aportaron los manuscritos de Pinart, a las 6 de la tarde por suerte contactamos con un comunitario, llamado Roberto Mato, quien además en lo adelante nos sirvió de práctico, decidimos detener la expedición para continuarla el día próximo. El día 22 fue también un día agotador, producto del análisis muy minucioso de los antiguos escritos de Pinart, por las largas caminatas y el sofocante calor que es costumbre en esta parte de Maisí, pero también por las preocupaciones respecto a las proximidades de una tormenta tropical que amenazaba.
En horas de la tarde a pesar de estar seguro que nos encontrábamos en dirección correcta, llegó un momento en que creíamos imposible de localizar la cueva, nuestro guía se me aproximó y me comunicó de un espacio de esta faja costera a manera de una pequeña gruta o abrigo rocoso situada a 500 metros del puente destruido de Río Seco en la parte SE, me comunicó además que su bis abuelo le contó que por los años antes del 1900, hubo de arribar a esta ensenada una Goleta con varias personas, uno de ellos, se dirigió a la cueva, donde realizó una excavación, extrayendo al parecer algo de valor
Juntos a los Morteros Múltiples
luego se fueron al barco y partieron de esta región.
En nuestra visita, a la pequeña gruta quedé sorprendido al ver la correspondencia del lugar con las descripciones de Pinart, observamos lo mismo que nos narró este destacado científico, allí en una roca situada en el lecho seco de aquella pequeña gruta a manera de abrigo, en verdad se observan unos grabados muy extraños y en muy mal estado de conservación, lo que más no admiró fue la presencia en el piso, detrás de la roca un conjunto de más de 33 morteros elaborados en toda aquella plazoleta cársica, los que nos demostraron la cantidad de nativos que vivieron en este lugar, aprovechamos la ocasión para la tomas de fotografías y la realización de los croquis pertinentes. Ya en horas más tardes regresamos a la vivienda de un campesino que en lo adelante fue nuestro guía, nuestro guía, contentos por el logro de la expedición, no fue en vano tanto esfuerzo, valió la pena, luego después al llegar a la vivienda de nuestro amigo, fuimos gratificados con varios deliciosos platos de alimentos que este y su esposa nos habían preparado. A las 5 de la tarde nos despedimos de nuestros nuevos amigos y partimos para Baracoa.
Morteros Múltiples Roberto Ordunez y Roberto Matos juntos a la piedra
del Petroglifo
Roberto Ordúñez junto a la piedra donde Pinart describe el petroglifo.
¿Quién era Alpfonso Pinart?
Alpfonso Pinart. Fue explorador, etnólogo y lingüista francés orientado al estudio de las civilizaciones de Norte, Centro y Sur América (Americanismo). Nació en Marquise, Pas-de-Calais, Francia, en 1852. Asistió a escuelas en Lille y París. Con notable interés por los idiomas, estudió sánscrito y asistió a conferencias sobre el idioma chino. En 1867, asistió a la Exposición Internacional de París donde conoció a Charles Étienne Brasseur de Bourbourg, quien influyó significativamente en el interés de Pinart por las civilizaciones americanas. Charles Étienne Brasseur de Bourbourg es quien tradujo el Popol Vuh al francés, y se ha asociado su participación en llevar el manuscrito original de Guatemala a Francia. Después de la muerte de Brasseur el manuscrito original estuvo en posesión de Pinart, siendo vendido a un intermediario norteamericano y quedando finalmente en la Biblioteca Newberry en Chicago, hasta el día de hoy. En el año 1880 inspirado por los estudios rupestres de nuestras antiguas civilizaciones, viaja a Cuba y localiza en la antigua región histórica de Baracoa los primeros dibujos o inscripciones ancestrales, constituyendo este el primer descubrimiento y reporte de manifestaciones pictográficas para la arqueología cubana.